Chris Delaney.
Me prometí a mí mismo que este iba a ser el año en el que por fin me iba a dedicar a estudiar. Soy un estudiante de tercer año y he elegido una carrera. Tengo concentración y determinación. ¿Lo único que aún no he resuelto? Cómo lidiar con el enorme enamoramiento que he estado albergando del chico del cubículo seis.
No sé su nombre y algunas de mis amigos creen que ya es hora de que siga adelante, pero tiene ese aire sexy, melancólico, de ojos oscuros y pelo desordenado. Y sí, parece que podría ser mi polo opuesto. El tipo de persona seria e inaccesible que no sonríe mucho, pero me gustaría pensar que es un rayo de sol debajo de sus expresiones tormentosas y su comportamiento desaliñado. Toda esa energía intensa... me gusta.
Quiero conocerlo.
¿El problema?
Tendré que encontrar el valor para presentarme.
Aiden Russo.
Se supone que la experiencia universitaria consiste en fiestas, beber y divertirse con algunas clases mezcladas. Suena muy bien, ¿verdad? En mi caso, resultó ser un sinfín de clases, avalanchas de deberes y grandes cantidades de cafeína. El cubículo de estudio bien podría ser mi dormitorio. ¿Y esa guitarra bajo mi cama? Lleva dos años acumulando polvo. Pero esta es la vida que tengo que llevar si alguna vez voy a ayudar a mi padre.
La carrera de medicina no es para los débiles.
¿El problema? La soledad me tiene secuestrado.
Si tan sólo pudiera encontrar a alguien dispuesto a atravesar mi siempre presente banco de nubes, y recordarme lo que es volver a divertirse.
6º LEARNING CURVE - N.R. Walker
Cobey Green.
Allí estaba yo, mudándome a los dormitorios de la Franklin U y no a la casa de fiestas compartida en la que había vivido en mi primer año. El año pasado había sido todo sobre fútbol y fiestas, nada de trabajos escolares. Por eso mis calificaciones se derrumbaron. Por qué estuve a una clase reprobada de ser expulsado del equipo.
Por qué necesitaba vivir en el campus y encontrarme un tutor.
Es gracioso que mi nuevo compañero de cuarto sea un tutor. Es gracioso que no se dé cuenta de lo bueno que es. Para ser un chico inteligente, es bastante despistado. Tal vez podría enseñarle cómo ser más extrovertido a cambio de ayuda con cálculo. Podría enseñarle cómo hablar con la gente, cómo hacer nuevos amigos. Demonios, tal vez incluso podría ayudarlo a perforar su tarjeta V.
En realidad, ahora que lo pienso... esa es una muy buena idea.
Vicent Brandt.
Y ahí estaba yo, feliz de volver a la universidad, feliz de estar donde me sentía más cómodo. Feliz de comenzar otro año escolar, feliz de comenzar a dar clases particulares nuevamente para poder ganar algo de dinero.
Y sí, allí estaba yo, a partes iguales emocionado y temeroso de ver quién sería mi nuevo compañero de cuarto... hasta que la cara sonriente de Cobey Green apareció en la puerta. Un enorme futbolista querido por todos. Hermoso, rico y fuera del armario.
Todo lo que no soy.
No ayuda que sea realmente un buen chico. No ayuda que lo haga reír y podemos hablar tan fácilmente. Y ciertamente no ayuda que comencemos a tener sesiones de tutoría privadas, que terminan siendo mucho más privadas de lo que jamás me hubiera atrevido a imaginar.
Había sido el primero de mi clase en todas las asignaturas desde el primer grado, pero ahí estaba, enamorándome estúpidamente de él.
Este iba a ser un infierno de año. Y una curva de aprendizaje muy empinada para los dos.
Mil gracias a ACR!
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