Es una compulsión que no puedo evitar.
Ahora, mi deseo se centra en una mujer.
Mi obsesión raya el acoso, pero la pared de cristal me mantiene bajo control.
Ella no puede ver mi cara, pero baila de una manera intensamente erótica e íntima que se siente diseñada solo para mí.
Le gusta cuando la miro.
Pero las cosas están a punto de cambiar cuando ella sale de esa habitación y entra en mi salón de tatuajes, poniendo mi mundo completamente patas arriba.
Esta vez no hay pared de cristal.
Mil gracias a SB!
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