Una carta que nunca envié.
Rayos, ni siquiera terminé de escribirla.
Taron Rhodes era el mejor amigo de mi hermano.
Y el hombre más atractivo que había visto en mi vida.
Pero él era más que eso.
Él jalaba mi cola de caballo, me mojaba la camiseta y me tiraba al lago mientras yo me reía a carcajadas.
Fuertes brazos bronceados y ojos aguamarina. Esa sonrisa traviesa y deslumbrante.
¿He mencionado que tenía un trasero como para morderlo?
Él fue mi primer beso, mi primera vez, mi primer amor.
Le dije que lo esperaría...
Todavía estoy esperando, porque Taron Rhodes sigue siendo el hombre de mis sueños.
Y guardo un secreto que tiene sus mismos ojos aguamarina.
Noel LaGrange me robó el corazón cuando tenía dieciocho años, empujándome y llamándome fantoche.
Sawyer, su hermano, me molería a golpes si supiera cuántas veces nos besamos ese verano, eso sin contar todas las otras cosas que hicimos.
Todo cambió cuando Sawyer y yo nos enlistamos en la marina.
Nos retiramos con honores, pero no pude volver y cumplir mi promesa.
En cambio, me fui a vivir a la ciudad, donde ni las drogas o el dinero, pudieron sanar la herida que me estaba matando.
Sólo sus ojos color whisky y su cabello oscuro, sus brazos delgados y su dulce perfume pueden devolverme la esperanza.
Rompí su corazón y también el mío, pero voy a recuperarla.
Si es que ella todavía está esperando por mí...
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